La madrugada

Cruzar tus miedos de madrugada, porque la noche hace más cortas las distancias, y el ruido del mar cubre el sonido de mis pasos. Correr hasta tu cama como si fuese la última parada, el refugio final de la luna, la tierra prometida de mis manos cansadas.

Despertar de tanto imaginarte, de tanto construirte.  Saltar infinitos obstáculos para abordar el camino menos seguro a tu destino, a tu sueño, a tu lado.

Sorprenderte cada noche con la misma sonrisa, dormir a tu lado sin que lo notes,  robarte la ilusión regalándote otra.

Apoderarme de tus sentidos, de tu imaginación, que tu anhelo sea dormir todas las noches conmigo, camuflado en tu cama, que tu mayor miedo sea despertar para comprobar que sólo soy polizón en tus madrugadas. 

Despertar...

Toqué tu piel y en un instante percibí tu aroma, supe lo que deseaba de tí, y también supe lo que querías de mí, eso no fué un juego porque para jugar se necesitan las ganas de ganar y si las hubieras tenido me hubieras llevado en ese instante a otro lugar...

Tengo ganas de encontrarme entre tus brazos, de quedarme dormido con tus labios en los míos, de ver el sol salir junto a tu cabello negro, de que tu piel morena me seduzca con sus roces... Tengo ganas de irme a vivir a tus recuerdos y aparecer de repente en tus silencios, de saber cuántas veces al día me deseas...

Pero no sé qué es lo que pienso en este momento, me haces divagar entre alfombras en los sueños, entre nubes llenas de agua cual mis ojos de lagrimas, pero no derramaré ni una sola hasta sentir el placer de morir entre tus brazos, te llevaré a lo profundo de mi ser para hacerte sentir el calor de mi humedad, de eso que desprendo al tenerte cerca...

Al menos cuando te tuve cerca...

Háblame aunque parezca que no te escuche, déjame mirarme nuevamente en tus ojos vagabundos...

Bésame y despójame del temor del abandono, al fin que estoy solo en este bizarro mundo...

Désprendeme de tus sueños y arrebátame la libertad, despréndeme de tus ojos y llévame a vivir a tus deseos...