Cuando su recuerdo como riqueza del alma, con una tierna sonrisa que le da brillo a mis ojos, y con un suspiro que susurra su hermoso nombre.
Conservó sus palabras, su VOZ, y su cariño con un amor inmutable que abraza mi húmedo corazón.
Que de extrañarla y añorar nuestros momentos siempre soy culpable, pero me aseguro de no tachar la felicidad que su compañía agregó a mi calendario...