Antes he soñado que escribía
algo muy triste, algo de "miradas color bosque, tierra, mar y
noche", algo que intentaba decir; que hay miradas que describen
mejor que cualquier palabra y otras tras las cuales no hace falta
saludar.
Escribía algo de la tuya, de
cómo me mirabas antes, de cómo a veces me llegaste a mirar luego. Algo de la
suya, de aquel brillo después de tanto reír. De las pupilas dilatadas y la boca
cerrada por si escapa alguna palabra y rompía aquel lenguaje tan perfecto. Luego
ha venido la parte triste, triste de verdad, cuando he despertado y lo único en
lo que pensaba era en ese tipo de miradas de cuando no quieres ni mover un sólo
músculo porque sabes que si lo haces, la próxima vez que mires no encontrarás
lo mismo.
“Eso no es una mirada, es una
muerte" - me ha dicho.
No sé... Me dicen que hay fútbol por la tele,
el día lleva triste una semana y mis vecinos no paran de gritar.
Ojalá no entiendas de lo que
hablo... te quiero.
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