sábado, 9 de febrero de 2019

En la cuerda floja

Ojalá te atrevieras a cruzar ese puente, a escribir o gritar mi nombre en la oscuridad.

Tengo tanto  miedo de estar equivocado que no podría moverme ni un centímetro en falso esta vez. Mi cuarto está al borde de un precipicio y yo salto más fuerte cada mañana, sé que voy a caer a un costado muy lejano del tuyo pero no sé si es lo que quiero.

¿Qué hacer cuando volteas la mirada y no te gusta la senda tras de ti?

¿He fallado tanto que no puedo borrarlo?

Aunque es cierto que siempre estuve medio perdido, pero sigo saltando, y solo he llegado empujado por los minutos de tantos días iguales y cortos. El año pasado ha sido tan desastroso y se ha ido tan rápido, entre brinco y brinco, que siento estar arrastrando un paquete de decepciones en el bolsillo esperando explotar al contacto con el viento, en el lugar donde más haga daño, sin diferenciar inocentes de culpables.

Ojalá me fallara la memoria y olvidara recordar los errores que he cometido en la ruta, ojalá solo tuviera que seguir saltando, sin enfrentar mis fallas y aprender a tolerarlas así como acepto la de los que me acompañan, ojala pudiera dejar de acercarme al vacío y perdonarme tantos errores como los que te he perdonado a ti. 

Y ojalá te atrevieras a cruzar ese puente, a escribir o gritar mi nombre en la oscuridad.

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