lunes, 16 de mayo de 2016

En el viejo continente (Continuación de "Una malagueña en el Caribe")


En un bello pueblo al sur de España... dentro de una tasca, compartiendo con sus amigos... en la radio suena la "Malagueña"... avalancha de recuerdos que lo dejan confundido por unos segundos... sin aliento... la voz... "sabía que nos encontraríamos..."

Por unos segundos no reaccionó, el torbellino de emociones que sentía en su alma no era descriptible. La voz... esa voz; ronca y sensual, casi un susurro, dulce como la miel y embriagadora como el brandi, mezcla de canción ibérica con conjuros hipnóticos de sirenas, lo envolvió y lo llevó al pasado... al día más maravilloso de su vida.

Al voltear estaba ella, justo como la recordaba, justo como la había olvidado... hasta ese momento... se abrazaron y se fundieron en uno solo... un solo ser que resumía una historia que no estaba escrita aún... pero no se besaron... ninguno de los dos lo intentó...

Ese día ella le mostró su España, que no era necesariamente la que él había ido a buscar... pero era de ella, razón suficiente para amarla... caminaron de la mano, rieron, ella le enseñó a tomar el vino tinto con refresco de limón y el vino blanco con Sprite, él le preparó la mejor sangría que había probado en su vida, mejor que cualquier español como decía orgullosamente... se pusieron al día, se volvieron a conocer... ella se alegró al saber que él tenía novia, pero que estaban mal y que seguramente terminarían cuando regresara... él se descubrió sonriendo al enterarse que ella tenía varios meses sin ninguna relación...

Fue frente al Mediterráneo que se rindieron... ella hablaba de sus planes, él escuchaba ajeno a la magnificencia de paisaje que tenía al frente, eso no le importaba... ya lo sabía en ese momento... ella miraba al horizonte, mientras él se acercaba... la voz ronca, de melodioso acento andaluz, se vio interrumpida por un beso... un beso que duro eternamente y que marcaría sus destinos... cada uno llenó su alma del otro... se convencían mutuamente sin palabras... cuando se separaron ella le preguntó; si ya lo sabía... él respondió que si... ella le preguntó si estaba seguro... y él nuevamente respondió que si... y ya no regresó, se quedó con ella en un hechizo eterno de canto de sirena...

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