miércoles, 29 de enero de 2020

Sin previo aviso

Escuché hablar de besos escondidos que se dan 
en los rincones más inhóspitos de la ciudad. 
 
¡Que contradicción!
 
Aunque supongo que es así como funcionan los amores más ocultos, 
aparentar normalidad para tener excusas de buscarse y no siempre encontrarse, donde se quiere sin un permiso y en el que echar de menos está prohibido de antemano.
Guárdate las lágrimas porque en este juego no está permitido llorar.
Olvídate de los "y si" que aquí no tienen ningún sentido.
No corras, no te adelantes, ni te aceleres.
No pidas, ni des.
Ni mucho menos esperes.
Esto es amor, pero no un compromiso.
 
Es una droga...
 
así que procura administrarte bien las dosis antes de que termines siendo adicto.

martes, 28 de enero de 2020

...Para salvarse

Sonaban fuertes sus pasos sobre las escaleras. Quería mostrar seguridad. Él lo había decidido: se iba. Se alejaba de toda aquella oscuridad, de esa vida que no había elegido y en la que había terminado ahogado por intentar hacer feliz a todos los que le rodeaban, sin pensar un segundo en sí mismo. Pero la situación le superaba. “¿Cómo puedo vivir una vida vacía sin saber lo que son las sonrisas que salen del alma?”.  Y al fin, con casi 50 años, escapó. No se sentía mal, pues se lo había anunciado muchas veces su mujer. Ella había diseñado un plan de vida para los dos, en el que él nunca había encajado.

Sólo se llevó su guitarra (esa que se había llenado de polvo por no utilizarla para no molestar a su mujer) y los ahorros de su cuenta personal, que no eran muchos, pero sí los suficientes como para atreverse a dejar la puerta de casa a sus espaldas.  
 
Justo lo necesario para ser feliz.

Vivió días muy intensos, viajando por los lugares que una vez, de joven, había anotado en una lista, esa que había quedado igual de vacía que al principio. Vagó varios meses, tocando su guitarra en callejones y durmiendo en posadas, incluso a veces en esquinas, sintiendo ese fuerte cosquilleo en el estómago al no saber que le depararía ese día.

Y en un pasaje cualquiera, del cual no recuerda ni el nombre, conoció a una chica que compartía su misma afición. Era de tez morena y ojos de un verde tan penetrante que llenaban con sólo verlos... Pasó con ella las dos mejores noches de su vida. Supo en ese breve instante que ella era la mujer que tanto había esperado. Pero decidieron seguir su camino por separado, aceptando que si su destino era estar juntos, volverían a reencontrarse en otro pasaje cualquiera, de un país por conocer..

Entiendo...

Entiendo lo que es sentirse el ser más pequeño, insignificante y patético de la humanidad y lo que es sentir dolor en partes del cuerpo que ni siquiera sabías que tenías. Y da igual cuántas veces te cambies de ropa, o a cuántas salidas te inventes, o cuántas botellas de cerveza te tomes con los amigos, porque sigues acostándote todas las noches sintiéndote como una mierda. Y pensando cómo coño en ese breve instante pudiste pensar que eras tan feliz.

lunes, 27 de enero de 2020

Miedo nocturno...


Mi hijo me despertó en la madrugada; "papá, hay un monstruo debajo de mi cama".

Fui a mirar, y allí no había nada, entonces escuché a mi hijo con voz temblorosa: 

"papá, hay un monstruo sobre mi cama!!!"...

miércoles, 22 de enero de 2020

Aquí...

Aquí estoy, 
este es mi lugar, 
la madrugada que sabe a agua de mar, 
el balcón desde el que miro el mundo, 
el silencio de mi cuarto, 
la soledad que me habita, 
las palabras que escribo...
 Y las que callo. 

Aquí estoy, 

por si algún día me necesitas.

jueves, 16 de enero de 2020

La horca

Ahora que tu nombre se escucha en lejanía, que llega de ti el rumor de un extraño. Ahora que ya no puedo dar fe de tu localía y que tampoco puedo pedir tu estadía. Ahora que comentan que visitas al olvido, que andas paseando junto al vendedor de la pérdida de moderación. 

Te escribo estas líneas fugitivas con la intención de robarte esa sonrisa. Ahora que escape del cajón que me guardó el orgullo, para detenerme a estas líneas, podré expresar sin compasión alguna la desdicha que en el tiempo ha llevado tus siglas y me han ido carcomiendo sin tregua alguna. 

Entenderás que las palabras se han ido con los respiros y han sido reemplazados de puros quejidos. 

Mucho de esto tiene tu autoría y no se va disipando ni ahogando en los vasos. La dicha que pregonas por los portales se contrapone a la mía que busco por varios lares. Si quieres que me alegre por lo que he sentido, permite una sonrisa un poco fingida. 

Tendrás tus motivos para creer que la vida lleva tu ritmo y no la mía, en todo caso mujer de invierno no te prometo que todo será nuevo, te reclamo y recalco los daños y exijo de ti irlos arreglando, ya sé que quizás luego me arrepienta y que mucho de esto no tenga sentido, pero mujer de desdicha entiende primero que, cuando se quiere, existe monarquía y la razón, que es el rebelde, termina siendo el perseguido y muchas veces ejecutado.

martes, 14 de enero de 2020

Por lo menos...

No es igual un insomnio antes que después de ti, no es igual un tal vez a un ya no. No es igual andar por ahí con algo breve que recordar, cuando en tu mirada habían otras intenciones, cuando lo inalcanzable no lo fue tanto. Es distinta la adicción al olvido cuando hay pruebas de un pasado, no tan remoto, pero igual de ruin; es disímil cuando en el exceso de un sábado se brinda enfurecido por la que se fue, porque, por lo menos, alguna vez estuvo. Es más dulce sentir que te he fallado, que compartimos cinco minutos, que aun me queda la miel en los labios. Que no fracasé en el pasado, que ahora lo he vuelto a hacer, que las puertas del paraíso se abrieron, que el tiempo no fue demasiado. 

Tiene un sabor distinto, agridulce, extraño, de melancolía resignada, de adioses avisados, de irme poco a poco acostumbrando, de que mucho me has heredado, de que, por lo menos, espero haberte dejado algo. 

Varía en ciertos aspectos, en nimiedades, en reflejos de autodefensa, en que ahora hay fotos que recortar, cartas para leer, caricias que olvidar. Es, quizás, más difícil ahora rellenar lo espacios sin ti, mudar de corazón, no empezar de cero. Por lo menos, es distinto, es más sensato pasar ya de todo, ahora que el día que me quieras fue ayer.