Escribir para dejar un pedazo de vida y otro de muerte en cada palabra;
y en el silencio, algo de nuestro hades.
II
Tu boca, aquella, destinada a ser vapor.
III
Tan guillotina desafilada,
Tan carne caducada,
Tan sol de mediodía,
Tan inútil es la melancolía.
IV
Tan inmunes al exorcismo que cuesta el olvido,
irredentos por inconmensurables.
Metidos hasta el fondo en el hoyo.
Nosotros...
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