Hoy quiero darte mi amor como siempre, como cada día desde que te conocí, hoy que después de tanto tiempo, y pasados ya los velos difusos que cubren nuestro verdadero ser en el comienzo. Te conozco tanto y de tantas formas, quiero seguir entregándote mi vida.
Un amor imperfecto, un amor con errores y defectos, pero un amor verdadero que anhela sobre todo superar estos miedos.
Y si a pesar del camino, a pesar de tropiezos, Dios nos ayuda a conservar lo nuestro, comencemos de nuevo.
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