martes, 5 de diciembre de 2017

3 lustros

Hace 15 años regresaba "vencido" a mi querida isla luego de intentar infructuosamente abrirme camino profesional, personal y económicamente por mi cuenta. Hace 15 años ella le daba forma a un negocio propio que arrancaba con todo el amor, esfuerzo, ilusión y talento del mundo. En aquel momento necesitaba ayuda y publicó en la prensa un aviso clasificado solicitando personal. Dicho aviso llegó a mis manos a través del periódico local. "Se solicita Diseñador Gráfico" esa fue la frase que les abrió el mundo y que cambió su historia para siempre. Estaban destinados a ese momento desde que nacieron.

Envié el resumén curricular al mail indicado. Mientras tanto ella los revisaba con su "socio macabro". Hubo uno que destacó por sobre los demás (el mío)... no porque tuviera aptitudes y/o una preparación especial. No, era uno más del montón. Pero a ella le llamó la atención, "casualmente" fue el primer correo que revisó. Mi background, mis estudios (estudiamos en el mismo sitio), mi edad... todo resonaba con ella. Se sintió identificada de inmediato. Le dijo a su socio "este es!" a lo que le respondió que no podía decidirlo sin ver a los otros candidatos. Ella acepto así; "Ok. pero el trabajo es de él"

Recibí la esperada llamada donde me pedían una entrevista para tal día y hora (por supuesto era el primero)...

Llegué temprano al sitio, como siempre, era un local con varias oficinas, toqué el timbre y salió la mujer más hermosa que había visto en la vida. Me saludó con una sonrisa que me condenó para el resto de mis días. Me recibió y hablamos no más que un par de minutos. Me dijo; "espérame un ratito. Siéntate, ponte cómodo" Abandonó la antesala mientras la seguía con la mirada. Cuando ya no estaba presente dije en voz alta; "Wow! Yo me caso con ella! Yo me voy a casar con esta chama!"

Por supuesto me dieron el trabajo a mi. Y fueron un par de años maravillosos en que trabajaba a su lado. Codo con codo. Con ese ser de luz, una mujer bella, apasionada, talentosa y profesional. Aprendí a conocerla, al conocerla aprendí a amarla... Sin saber la había reconocido, pero con el día a día confirmé lo que sabía perfectamente, desde antes de nacer. Ella era el amor de mi vida, era la mujer de mis sueños.

Por cosas del destino dejé de verla por unos años, pero nunca dejé de recordarla, la sentía... Se había convertido en el "modelo"... Se había convertido en el ejemplo de cómo quería que fueran mis siguientes relaciones. Se convirtió en una frase que me siguió desde aquellos días;

- "Yo quiero una así! Por qué no puedo tener una así?"

Y así sigo, aquí estoy... Amándola por el resto de mis días. Viéndola a cada momento más y más bella. Encandilado por esa luz que contadas personas en el mundo hemos tenido el privilegio y el honor de percibir.

Y aquel que sólo se quede con el adjetivo de "bonita" para referirse a ella... es un ciego de la más triste clase.

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