jueves, 24 de enero de 2019

Bella


Yo me enteré tarde de tu belleza, te vas a reír, pero creo que si no lo hubieran comentado mis amigos no me habría percatado. Al principio dudaba, pero sus argumentos eran muy convincentes, y tus ojos tan transparentes. Con los años y nuestros días, la gravedad de tu hermosura me fue absorbiendo y ya no podía hacer más que mirarte, esperar y mirarte, escuchar y mirarte, ceder a tus certezas y robarme el tiempo que me faltaba para regalártelo.

Fuiste tan bella todos esos años, en todas las distancias, en la cercanía y en la conversación, al extremo de la línea telefónica o cruzando calles a mi lado. Nunca te lo dije, no me gusta decir obviedades, nunca te solté ni un piropo, porque me es fisiológicamente imposible, no creas que andaba por ahí recitando al oído cosas que no te decía a ti...

Ninguna otra mujer merece ser llamada hermosa mientras tú vivas.

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