El amor no es eterno, el amor busca la eternidad, y a veces te la da. El
amor reza por perpetuidad en tus ojos, camina hasta el infinito de tu
mano y escucha al universo latir dentro de tu corazón. El amor engaña al
tiempo rellenando el
espacio entre las manecillas del reloj.
Escapa de la muerte en tus
recuerdos y derrota al miedo en cada paso que das contra tus instintos.
El amor busca la trascendencia en lo cotidiano, escapa de lo
superficial y se juega la vida en pequeñas batallas habituales.
El amor pasa de la rutina, está después de las 24 horas del día, está
después del sexo, está al final del calendario, cuando no hay autos,
efectivo, viajes, carteras, rostros deslumbrantes, anatomías perfectas...
Cuando sólo quedan dos almas que conversan en
la eternidad.
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