lunes, 22 de junio de 2020

El "amor" en los tiempos de la Cuarentena

Hace ya algún tiempo que decidí apartar el lado romántico de mi vida, decidí enfocarme en ser lo único que no voy a dejar de ser por el resto de mis días; me enfoqué en ser papá.

He tenido suficientes fracasos amorosos que me llevaron a desistir de buscar la vida en pareja y concentrarme, de manera egoísta, en mi y en mi muchacho.

En nuestro mundo actual, lamentablemente o afortunadamente, es muy fácil conseguir sexo, y no hablo de prostitutas, cuyo mercado es algo que me es ajeno y es un "servicio" que no uso, nunca me ha gustado pagar por una noche de placer. Y digo lamentablemente porque eso lo pone a uno perezoso a la hora de buscar a alguien para construir una relación, con todos los problemas y sacrificios que conlleva. Pero, por otro lado, es algo afortunado porque puedes mantenerte sereno y tranquilo antes las angustias y necesidades de la piel, evitando que por una situación de falta de sexo te lleve a confundir sentimientos (o jugar con otra persona) por el simple hecho de tener una necesidad corporal no satisfecha.

Bajo esta premisa decidí mantenerme tranquilo y no buscar una relación de pareja que no me apetecía mantener.

Pero, como suele suceder, cuando había bajado la guardia y tenía enfocada toda mi energía en mi hijo, apareció el primer tanteo del "destino". Por esos días estaba de vacaciones en la isla de Margarita, donde conocí a una persona maravillosa que me ha ayudado mucho en la vida, definitivamente Dios la puso en mi camino. Con ella pasé la mejor noche de todo ese viaje y tuve la oportunidad de darme los mejores besos de toda mi vida. Estando allá fui de visita a uno de mis lugares sagrados personales, sitios llenos de recuerdos a los que e gusta regresar a revivir y contacté con la energía de Nacariz.

Nacariz era la chica que me había gustado toda la vida y que, por fin, aparecía en mi mismo lugar y tiempo donde se me permitía soñar en que si podía tener todo lo que siempre había soñado. "Coincidimos" en intenciones y voluntades decidiendo intentar lo que, en teoría, parecía perfecto... Mi gran amiga, mi "alma gemela", con la que compartía todo en común, había confianza y nos conocíamos cómodamente bien,

Parecía demasiado "perfecto para ser verdad" (y no lo fue)

La situación país la llevó a pasar una temporada en otro país buscando nuevas opciones. Dicha "temporada" se convirtió en que se casó, salió embarazada y formó una hermosa familia, por supuesto mi nombre no quedó ni como un vago recuerdo escondido en alguna anécdota del pasado.

Quedé en el peor sitio a nivel personal que haya podido experimentar, un despecho magistral y hermoso de esos que piensas no serás capaz de superar. Gracias a Dios, quien nunca se olvida de sus hijos, mi amiga de Margarita, la de los besos maravillosos e inolvidables, me ayudó y fue testigo en mi camino para salir de aquel tormento.

Poco a poco recuperé el control de mis emociones, volví a construir una base espiritual nueva y tomé los pedazos regados para armar de nuevo una dignidad que había quedado regada por el suelo.

Con mucho esfuerzo logré superarlo.

Cuando pensaba que ya me había curado, el destino me puso a prueba al descubrir que Nacariz se había casado... En ese momento comprobé muy satisfecho, que ya no me dolía, entrándome que efectivamente me había curado del todo.

A los pocos días un segundo tanteo cortó mi resolución de enfocarme en ser papá, único título inamovible de mi vida.

Yo tengo la costumbre en los días libres de ir a la panadería, cerca de mi casa, a tomar café y compartir con los amigos un rato. En semana santa, de hace un par de años, me acerqué y un amigo y compañero de tertulias, estaba tomando café con unos amigos y familiares entre los que estaba una sobrina, Cuando llego, luego de las presentaciones de rigor, debo confesar que fue "amor a primera vista", allí estaba Rebeca, tan hermosa como es, deteniendo el tiempo a su alrededor... Compartimos un café, que se convirtió en una conversación maravillosa, que nos atrapó totalmente, dejándonos solos en esa mesa... Almorzamos juntos y nos despedimos con la promesa de encontrarnos esa tarde para compartir misa. De allí empezamos un rutina de encontrarnos en las mañana a tomar café juntos y en las tardes acudir a misa. Pasó lo inevitable y cedimos al tanteo y comenzamos una relación muy bonita. Nuevamente se fue deteriorando por la misma situación país que nos traía a ambos de los nervios. Y se rompió... algo muy lamentable.

Yo solía ser el tipo insistente  que mandaba 45056038403278237885 correos explicando cosas, pidiendo explicación de otras, dando argumentos y razones. Así hice con Gretel, la mamá de mi chamo (no escribí nada de ella porque ese tema se llevaría un libro completo) y lo hice con Nacariz. No sabía darle espacio a las personas... Pero con Rebeca noté un cambio, no tenía la necesidad de explicarle nada y mucho menos de pedir respuestas.

En este caso el despecho no existió, no pasó de ese vacío temporal que se había llenado con mensajes. Siendo vecina me la encuentro regularmente en los lugares de visita común. Hemos hablado en algunas ocasiones y ya.

Nuevamente un receso en la vida amorosa.

Durante esta cuarentena cometí el terrible error de "chancear", no porque me rebotaran sino todo lo contrario, porque me hicieron caso.

Nuevo tanteo... Ella es de Maracay, muy hermosa, profesional, con una hija pequeña, lo cual nos ponía en posiciones parecidas, generando confianza.

Después de un: -"tú siempre me gustaste" de mi parte, vino un: -"tú también a mi" de ella.

Y vino el nuevo desastre, le dimos rinda suelta a ese "gusto" a ver qué podía pasar, trazando canales de comunicación limitados y aumentando los niveles normales de ansiedad en una situación de cuarentena como estamos viviendo.

Si usted está confinado a quedarse en casa nunca es buena idea decirla a un chica bonita que te provoca besarla porque cuando te responda que a ella también, las ganas de salir corriendo chocan con el encierro obligatorio generando niveles de ansiedad que rayan en el desespero.

Con todo continuamos con el proyecto teniendo como "ventaja" la lejanía, ya que, al no haber contacto físico cercano podíamos enfocarnos en el "espejismo" de conocer nuestros espíritus, saber qué ofrecía el otro para así decidir sin convenía continuar o no.

Al principio la cuota de interés que manifestaba era maravilloso. Se veía a una chica cariñosa que te podía hacer sentir bien con una sola palabra. Pero, de un momento a otro, todo cambió. Se impuso una barrera de silencio que no estaba dispuesto a tolerar, no pido estar pegados al teléfono 24/7, pero responder un mensaje no te toma más de un minuto. Mientras hay interés hay tiempo para todo en esta vida. Las llamadas y los mensajes se fueron distanciando y enfriando. Las mujeres suelen cambiar la manera radical los "mi amor" a tu nombre a secas, quizás creen que no nos damos cuenta pero efectivamente lo notamos. Esos pequeños detalles dicen mucho. De repente dejó de responder alegando estar muy ocupada durante la semana, lo cual es entendible. Pero hubo un cambio evidente de energía. Esperé al fin de semana para hablar con ella, la llamé y me confirmó que si había estado ausente y distante porque estaba haciendo un reajuste espiritual donde tenía muchas "cosas que sanar", le pregunté que si ese cambio que estaba implementando en su vida afectaba mis intenciones románticas y me aseguró que no.

Días posteriores, en medio de su silencio, volvimos a tener una conversación parecida, donde ella expuso ciertos detalles que l causaban ruido, lo hablamos y aclaramos todo, o eso creía yo. Esa conversa fue un miércoles en la noche, nuevamente le pregunté si continuábamos nuestro "proyecto" de irnos conociendo y me dijo que si. Al momento de despedirnos estábamos hablando otra vez de manera cariñosa y melosa, nos despedimos rico pues. Aunque debo reconocer que precisamente eso que iba conociendo no me estaba gustando ya. Yo soy un tipo altamente sincero, frontal y claro, hablo siempre con la verdad por delante, no me gustan las medias tintas. Si no quieres hablar conmigo, dímelo y te otorgo mi silencio con gusto. Estábamos en período de conocer y lo que estaba viendo no me terminaba de convencer.

El jueves no le mandé mensajes de texto y mucho menos la llamé... Solo le mandé un par de fotos por el chat de Facebook a los que respondió de manera muy cariñosa.

El viernes la llamé en la noche, sin mandarle mensajes en todo el día, y no me contestó las llamadas...

El sábado esperé a una hora decente para llamarla pero no contestó. Así pasó todo el día, la llamé a distintas horas sumiendo que podía estar ocupada y en cada ocasión no hubo respuesta, demostrando lo que era obvio; no quería hablar conmigo. El sábado en la noche tuve un episodio desagradable de salud, me sacaron de la casa en ambulancia y les escribí a un amigo/hermano y a ella, estaba en la Emergencia de una clínica y realmente me apetecía hablar con alguien.

Me respondió como a las 4 de la madrugada del domingo preguntando cómo me encontraba y qué había pasado, le respondí pero no escribió más hasta media mañana, casi a las 11. Intercambiamos los mensajes de rigor tipo: "¿qué te dicen los médicos?" y cosas por el estilo.

Cuando ya me habían dado de alta y esperaba la ambulancia que me trajera de regreso la llamé, sin respuesta. Al llegar a casa la llamé, sin respuesta. Así en otras ocasiones durante el día intenté contactarla sin éxito. Ya en la tarde decidí no escribirle más y, por supuesto, no hubo intento alguno de su parte por comunicarse. Le escribí mensajes de texto pidiéndole por favor me dijera qué estaba pasando, para yo estar claro... nada.

El lunes en la noche le mandé un correo, no me parece dejar de hablarle a alguien sin decirle, me parece una falta de respeto. Siento que lo más decente es expresar mi descontento con su actitud, cuando es tan fácil decir un "no quiero/puedo hablar contigo". Le relaté todo lo que había pasado y pensado desde mi punto de vista. No era una conversación, era una declaración que no necesitaba, ni pedía, respuesta alguna. Lo sé, ella no quería leer eso, no le interesaba en absoluto ninguna explicación de mi parte. Pero lo hice por mi, no por ella, me gusta siempre dejar las cosas en claro.

Por supuesto, no hubo respuesta.

No le escribí más, no la llamé, pasé toda la semana enfocado en mis cosas, sin dedicarle mas que algún pensamiento ocasional olvidado casi al instante.

Sin "puntas", sin publicar indirectas, sin meterme en su perfil. Cuando yo decido alejarme de alguien me causa mucho ruido verle la cara a esa persona o saber de ella, prefiero cerrar los ojos en su dirección, por ende no ando revisando perfiles, me da ladilla. Pasé esa semana sin mandarle mensajes, sin llamadas, ni correos, ni nada.

Ayer domingo, Día del Padre, estaba dándome una vuelta por Facebook y decidí hacer una limpieza de mis contactos, algo que hago con cierta frecuencia, no me gusta tener gente con la que no tengo comunicación entre mi contactos, eso de tener por tener amigos no va conmigo. Por supuesto la quité de mis amigos. Me había dejado de hablar, yo también decidí no volver a hacerlo, ¿para qué tenerla allí?

Revisando los mensajes y felicitaciones por Instagram, vi que publicó una foto con su papá referente al Día del Padre, y sinceramente me causó mucho ruido, me dio fastidio (por no decir una grosería) ver su cara allí. Son mis redes, se supone que cuando entro debo ver cosas agradables o interesantes para mi, y ella no lo es, por lo tanto dejé de seguirla por allá también.

El detalle viene en que yo ando muy pendiente de is publicaciones. Administro un grupo de Facebook donde publico y comparto mensajes positivos y estoy siempre revisando quienes se meten, los comentarios y todo eso, La verdad es que el proceso de crear contenidos, publicarlos y hacerles seguimiento me parece muy divertido.

Revisando las etiquetas me di cuenta que habían desaparecido todas las que había hecho de ella. Me meto en su perfil y aparezco bloqueado. Yo le había dado unfollow pero ella me bloqueó directamente. Está muy bien, es su perfil, me parece que no era necesario porque al eliminarme de sus amigos no puedo ver sus fotos ni publicaciones ni que lo intente, al igual que nadie, que no esté entre mis amigos, puede ver el mío. Con la curiosidad alborotada la busqué en Instagram e, igualmente, estoy bloqueado.

Me parece ilógico porque uno bloquea a alguien que te está fastidiando y no te queda mas remedio que llegar a ese punto extremo. Yo no le estaba escribiendo, ni estaba averiguando de su vida, sinceramente no me interesa, no le deseo nada malo, pero no quiero saber lo que hace tampoco. De lejos, yo dejé de insistir, la saqué de mis contactos si su "respuesta" fue bloquearme, bienvenido sea, incluso e lo hace todo más fácil. Estoy tranquilo, incluso me río de la situación; "¡No quiero hablarte, pero si me das unfollow te bloqueo!", ¿por qué te picas niña?

Con todo esto quiero decir que no pensaba que había encontrado a la "mujer de mi vida", no había planeado boda, ni había escogido los nombres de nuestros hijos... jajajajaja... Pero si estaba en un empeño sincero de conocerla y dejándome conocer, por alguien que parecía tener un norte común conmigo, no lo logré y me alejé, muy cordialmente, manteniendo la elegancia y la caballerosidad, quedando con mi conciencia muuuuyyyyy tranquila. A veces me tarde un poco en tomar la decisión de alejarme, desaparecer y rendirme en un intento, porque generalmente cuando lo hago no echo para atrás, y quise darle todas las oportunidades a una posibilidad.

Me ha impresionado de manera muy agradable, fue lo fácil que se me dio pasar esa página. Lo hablé´con mi amiga la de los besos maravillosos y quizás lo que pasé con Nacariz me hizo más fuerte, o esta chica no superó los niveles necesarios de nulidad para no pensar más de dos veces en ella.

Por otro lado, ayer recibí amor desbordante, por el Día del Padre, del único lugar donde debo buscarlo; en Dios y en mi hijo.

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