viernes, 23 de septiembre de 2016

Extracto de "Aquelarre"

Muéstrame tu cuello y deja
que mis colmillos rompan
la piel que impide
que tu sangre sea para mí,
y tu vida será eterna.
Morirás cada mañana
y renacerás al anochecer.

Oh Señor de las mentiras, 
mendigo de otras vidas,
duque del vicio, príncipe del sexo
y del dolor... 

La lascivia que en mí entre,
me corrompa y me reviente
el alma en trozos de placer.

jueves, 22 de septiembre de 2016

Madurez en la pareja


Una relación de pareja plena y feliz necesita vivir y experimentar las energías masculinas y femeninas en su justa medida. 

Cada relación habrá de encontrar su propio equilibrio entre ambas porciones. Cada relación tiene su propio baile, pues no existe una receta que se pueda formular. No hay quien pueda decirles cómo hacer esto, es algo muy íntimo y solo comunicable al interior de cada pareja.

Existirán momentos en que será favorable dar contención y habrá otras situaciones en que será más beneficioso impulsar a la pareja para que recupere su poder personal. Lo mismo al revés, a veces necesitarás que solo te escuchen, pero otras veces te ayudará mucho que tu pareja haga algo para mostrarte cómo moverte a un mejor lugar.

Se trata de sostener una danza de sabiduría que solo puede ser posible cuando estamos serenos, satisfechos consigo mismos y limpios de todo juicio. Y he aquí el asunto más relevante. 

Cómo nos las arreglamos mientras llegamos a ese estado de sabiduría?

Es aquí cuando la relación de pareja se convierte en una experiencia de doble espejo, perfecta y maravillosa, para avanzar hacia nuestra madurez. No podemos pedir la madurez antes. La relación es la experiencia para que ambos avancen.

Observa las quejas que tienes sobre tu pareja, observa qué es lo que le estás pidiendo y observa si esa persona puede ser así como tú quieres que sea. Posiblemente estás pidiendo algo bueno para él (ella) y la relación, el problema no se encuentra en ello, se encuentra en pedir perfección mas allá de lo que es razonable para esa persona.

Puedes estar pensando que lo que pides es poco, que se trata de algo tan básico para poder funcionar en armonía. Sin embargo, si eso no se está manifestando de manera natural, es porque simplemente no se encuentra claro y desarrollado en esa persona. Esa persona tendría que crecer en ese sentido.

Aquí viene un segundo aspecto. No es posible exigir a nadie que crezca en algún aspecto, mientras esa persona no sienta la necesidad de hacerlo. Y eso vuelve a complicar las cosas. Entonces tienes dos alternativas, o le aceptas así tal cual está o le ayudas a ver la importancia de avanzar. En este último caso, tu pareja puede resistirse a hacerlo.

Casi no importa el desafío que tengan que enfrentar como pareja, lo más significativo aquí es el grado de sensatez y prudencia con el que se enfrentan a ese reto. Todo se trata de una danza donde el amor pone el bálsamo para llevarla a cabo. Una danza entre energías femeninas de contención y energías masculinas de impulso al movimiento.

Las relaciones de pareja se pueden tornar bastante complicadas cuando se pierde este equilibrio. El amor queda bloqueado por debajo de las programaciones mentales y de los estereotipos de moda. El amor es lo único que puede ayudar a conseguir el tal anhelado entendimiento entre ambos, porque la perfección no existe.

Amor no es aguantar o resistir. Amor es la inteligencia que termina con la dificultad, ya sea por aceptación, si es que es posible o por movimiento, si es que es necesario.  

El amor es lo único capaz de abrazar nuestros aspectos negativos para hacerlos evolucionar.

miércoles, 21 de septiembre de 2016

Sin título


“Calla, calla”, decía tu voz, aquel día, el último que estuviste verdaderamente aquí, callarme no era una opción, no lo era, pues tenía tanto dentro. Sin embargo, me quede en silencio, sólo era tu voz, la calle, y el entorno, completando así, un cuadro digno de destrozar. Un cuadro de dimensiones grotescas, de pinceladas sin sentido, de una profundidad horrorosa, de colores que no puedo nombrar, pues no los he visto jamás.

Creas caos, aún cuando el equilibrio es perfecto. Sólo callo, no por obedecerte, sino porque he quedado petrificado, tu humanidad desaparece, cambias demasiado rápido, demasiado, nunca llegas, nunca te vas, el día la noche, se chocan, la luz la oscuridad, un nudo imposible, mi cabeza explota, vas demasiado rápido de un lado a otro, cortas mi garganta, y en un instante imposible de medir, mi cuello está intacto y todo vuelve, no obedezco tus palabras, sólo no entiendo esto, y allí, bajo las lunas y los soles, soy sólo una roca, un elemento más, para que tú hagas, lo que sabes, eres capaz de hacer.

En ocasiones, te maldigo. En ocasiones, no puedo odiarte.

Siempre pedías silencio, aún antes de que comenzáramos a hablar, silencio, mi tiempo fue siempre eso, silencio, y ojos cerrados. Siempre acompañado de tu ausencia, miro a mi lado y allí siempre estabas, ausente, lastimándome, apretando mi corazón, y así, lágrimas malgastadas corrían por mi rostro. No mereces lágrima alguna.
 
Permanezco callado, y un discurso se dispara, y se amplifica, mi cuerpo aún resiste, ya veré cuánto más, y las voces repican en mi cabeza, van y vienen, golpean mi boca y golpean con fuerza.

Silencio.

Y tu voz, llenando el lugar, invadiendo los oídos, pero tú no te escuchas, tú no, sólo danzas alrededor, y no queremos saber el porqué.

No recordaba tu nombre, solo a veces, pues solo esas veces, él moría, y no decide qué hacer con su tiempo, con cada una de sus muertes, él no recordaba nada. Sólo tu mano en su cuello.
Bella se presentaba ante él, y le rendía homenaje. Pero luego despertaba y ella se retiraba sin explicar por qué.

Y de su espalda crecían látigos, y espinas que se clavaban en él, aunque el dolor no era tan malo después de todo. 

Sentía algo más que el desprecio, algo más que la ausencia. Siempre absorbido por esa presencia, su locura aumentaba, su excitación también, y la presencia se convertía en una helada brisa.

Los demonios no se compadecen, no, y tú, idiota que no sabes escapar. Y mueres una y otra vez, es tedioso hasta para mí, que tengo que escribir lo que me cuentas.

Al verla..


La evitaba. 

Porque sin importar el lugar de la cita, siempre se daban placer y daño,
y la cosa terminaba primero por las nubes,
después en el aire, y al final en tierra. 

A veces su cuerpo caía por sí mismo. 
Otras era necesario tener paciencia.
Y enrollar la cuerda atada al tobillo, 
como globo unido a otro globo grande que regresa.

Daba igual.
Si aterrizaba suave
o tocaba
suelo de emergencia.

No podía evitar
encontrarse de nuevo: desdeñoso.

Por eso al verla aspiraba hondo.
Acortaba los pasos. 

Levitaba.

viernes, 16 de septiembre de 2016

Lo que te quisiera decir


Quiero ser en tu vida, algo más que un instante,
algo más que una sombra y algo más que un afán.
Quiero ser en tí misma una huella imborrable
y un recuerdo constante y una sola verdad.

Palpitar en tus rezos con temor de abandono.
Ser en todo y por todo complemento de ti.

Una sed infinita de caricias y besos,
pero no una costumbre de estar cerca de mí.
Quiero ser en tu vida, una pena de ausencia
y un dolor de distancia y una eterna amistad.

Algo más que una imagen y algo más que el ensueño
que venciendo caminos llega, pasa y se va...

Ser el llanto en tus ojos y en tus labios la risa,
ser el fin y el principio, la tiniebla y la luz
y la tierra y el cielo... y la vida y la muerte.

Ser igual que en mi vida has venido a ser tú...

Nosotros


Depende de nosotros. 
Si. Por fuerte que parezca depende sólo de nosotros. 
De nosotros depende disfrutar el frío del invierno dándote en la cara, 
disfrutar de tus mejillas rojas o de mis manos calentándolas.
Depende de nosotros perder el miedo a un paseo de la mano 
o a una sonrisa con la cabeza alta. 
Depende de nosotros mirarnos sin arrepentimiento, 
olvidando las consecuencias. 
Sí. Depende de nosotros no temblar al leer cuatro letras, 
depende de nosotros dejar salir los nervios que sentimos al vernos. 

Lo sé, es mucha responsabilidad, pero depende sólo de nosotros. 

Depende de mi, luchar por ti
Depende de ti olvidar en casa la coraza que te pones cuando me vas a ver.
Depende de nosotros dejar de mordernos los labios cuando hablamos, 
Depende de nosotros darnos cuenta que no son cosquillas, es una risa continua. 

Depende de nosotros disfrutar de los pequeños detalles sin esperar un plan eterno. 

Depende de nosotros dejar fuera los "quizás", centrándonos en un "sí".
Depende de nosotros ver con los mismos ojos tanto al sol como a la luna, porque ya no tengamos que escondernos en copas y noche. 
Depende de nosotros ser todo lo que queramos ser, que si es juntos no hay límites. 

Depende de nosotros disfrutar de la falta de equilibrio que hay en un "nosotros".

Depende de nosotros, dejar de contar el tiempo. 
Depende de nosotros disfrutar de los escalofríos que sentimos al acariciarnos. 
Depende de nosotros darnos cuenta que ser felices no es difícil. 
Depende de nosotros dar un paso sin luego retroceder dos. 
Depende  de nosotros olvidarnos del mundo. 
Depende de nosotros arriesgarnos con lo que no conseguimos entender.

¿Sabes? Depende de nosotros, 
pero todavía no te has dado cuenta...

jueves, 15 de septiembre de 2016

Amar es así de simple (?) Extracto de "El Principito"


Te amo - dijo el principito. 
Yo también te quiero - dijo la rosa. 
No es lo mismo - respondió él… Querer es tomar posesión de algo, de alguien.
Es buscar en los demás eso que llena las expectativas personales de afecto, de compañía… 

Querer es hacer nuestro lo que no nos pertenece, es adueñarnos o desear algo para completarnos,
porque en algún punto nos reconocemos carentes.
Querer es esperar, es apegarse a las cosas y a las personas desde nuestras necesidades. Entonces,
cuando no tenemos reciprocidad hay sufrimiento.

Cuando el “bien” querido no nos corresponde, nos sentimos frustrados y decepcionados. Si quiero a
alguien, tengo expectativas, espero algo.
Si la otra persona no me da lo que espero, sufro. El problema es que hay una mayor probabilidad de
que la otra persona tenga otras motivaciones, pues todos somos muy diferentes.

Cada ser humano es un universo.

Amar es desear lo mejor para el otro, aún cuando tenga motivaciones muy distintas.
Amar es permitir que seas feliz, aún cuando tu camino sea diferente al mío.
Es un sentimiento desinteresado que nace en un donarse, es darse por completo desde el corazón.

Por esto, el amor nunca será causa de sufrimiento.
Cuando una persona dice que ha sufrido por amor, en realidad ha sufrido por querer, no por amar.

Se sufre por apegos. Si realmente se ama, no puede sufrir, pues nada ha esperado del otro.
Cuando amamos nos entregamos sin pedir nada a cambio, por el simple y puro placer de dar. Pero es
cierto también que esta entrega, este "darse", desinteresado, solo se da en el conocimiento.
Sólo podemos amar lo que conocemos, porque amar implica tirarse al vacío, confiar la vida y el alma. 

Y el alma no se indemniza.
Y conocerse es justamente saber de ti, de tus alegrías, de tu paz, pero también de tus enojos, de tus luchas, de tu error.
Porque el amor trasciende el enojo, la lucha, el error y no es solo para momentos de alegría. Amar es
la confianza plena de que pase lo que pase vas a estar, no porque me debas nada, no con posesión
egoísta, sino estar, en silenciosa compañía.

Amar es saber que no te cambia el tiempo, ni las tempestades, ni los inviernos.

Amar es darte un lugar en mi corazón para que te quedes como padre, madre, hermano, hijo, amigo y saber que en el tuyo hay un lugar para mí. Dar amor no agota el amor, por el contrario, lo aumenta.
La manera de devolver tanto amor, es abrir el corazón y dejarse amar. 

Ya entendí - dijo la rosa. 
No lo entiendas, vívelo - dijo el principito.

P.D.: Si te amo Gretel (Ahora sé que quiero cultivar mi amor por ti en Dios, sin esperar nada a cambio).

miércoles, 14 de septiembre de 2016

"Nostalgias" (Tango)

"Nostalgias" es un tango de Carlos Gardel del año 1936.
Comparto la letra porque la he tenido muy vigente en días recientes... 
Cuya versión de Andrés Calamaro he estado escuchando insistentemente.


Nostalgias

Quiero emborrachar mi corazón
para apagar un loco amor
que más que amor es un sufrir...
Y aquí vengo para eso,
a borrar antiguos besos
en los besos de otras bocas...
Si su amor fue "flor de un día"
¿porqué causa es siempre mía
esa cruel preocupación?
Quiero por los dos mi copa alzar
para olvidar mi obstinación
y más la vuelvo a recordar.

Nostalgias
de escuchar su risa loca
y sentir junto a mi boca
como un fuego su respiración.

Angustia
de sentirme abandonado
y pensar que otro a su lado
pronto... pronto le hablará de amor...
¡Hermano!
Yo no quiero rebajarme,
ni pedirle, ni llorarle,
ni decirle que no puedo más vivir...

Desde mi triste soledad veré caer
las rosas muertas de mi juventud.

Gime, bandoneón, tu tango gris,
quizá a ti te hiera igual
algún amor sentimental...
Llora mi alma de fantoche
sola y triste en esta noche,
noche negra y sin estrellas...
Si las copas traen consuelo
aquí estoy con mi desvelo
para ahogarlos de una vez...
Quiero emborrachar mi corazón
para después poder brindar
"por los fracasos del amor"...

martes, 13 de septiembre de 2016

Me quiero casar contigo...


Aquí estoy, con la idea de casarme contigo. Sí, siempre quise casarme, siempre me imaginé la vida en pareja, la familia grande, los abuelos contando anécdotas de su juventud. Me gusta y eso no me hace ni dependiente, ni débil de carácter.

Te amo lo suficiente para decidir casarme contigo, para pasar mi vida contigo. No prometo prepararte el desayuno a diario ni recibirte con la mejor sonrisa todos los días pero prometo que cuando cocine lo haré con gusto. Te prometo que, aunque esté molesto contigo, siempre te diré buenos días y buenas noches. No pienses que siempre me voy a despertar cantando, quizás lo haga a menudo, si a menudo me haces el amor. Quizás algunas mañanas no tenga ganas de verte y tú no tengas ganas de soportarme pero ahí estaremos, recordando, quizás después de tirar la puerta, porqué estamos juntos. No te prometo que todo mi tiempo será para ti porque también quiero mis momentos, mi espacio, quiero salir con mis amigos, ir a un concierto o juego de baloncesto, a tomarme unas cervezas, quiero leer un libro echado en el sofá sin que pienses que lo hago por aburrimiento. No quiero tenerte todo el tiempo a mi lado pero sí quiero saber que cuento contigo cuando te necesite. 

 Yo no te prometo una casa siempre ordenada, tú y yo somos desordenados, apenas puedo con mi desorden y no pienso ordenar el tuyo. Además, yo quiero tener mas hijos, sí, hijos, no quiero quedarme con uno sólo, porque no disfrutaría del amor, ni de las peleas ni de la complicidad de hermanos, yo quiero dos y si el dinero y el tiempo nos alcanzan, quiero tres. 

 Yo te prometo que, juntos, haremos de ellos niños felices, que sabrán lo que es amor y unión familiar. Yo te prometo un cuarto desordenado con niños felices y te prometo enseñarles a ser adultos felices. 

No te prometo noches de tascas ni viajes carísimos de vacaciones todo el tiempo, pero puedes prometerme un buen vino y una buena conversación un viernes por la noche y domingos de películas con nuestros hijos. Te prometo risas pero con madurez y crecimiento.

Sabes que soy engreído, a veces celoso, caprichoso y que tengo un carácter de los mil demonios, pero también sabes que te amo con locura, que me sacas mil sonrisas si me abrazas cuando estoy de espaldas y que la piel se me eriza si me besas el cuello, sabes que soy simple para querer y complicado para entender. Por eso no busques entenderme, te vas a volver loca si lo haces, mejor sólo ámame. 

Esta es mi propuesta, éste soy yo, transparente y directo. 

Decídete.. con miedos, pero hagámoslo...

lunes, 12 de septiembre de 2016

Mensajes de insomnio


Son cerca de las 12 de la noche y Luis da vueltas en su cama. No consigue relajarse y conciliar el sueño. 
Enciende la tele. Apaga la tele. Enciende la radio. Apaga la radio. Se levanta y va hasta la sala. La recorre con pasos pesados una y otra vez, como si fuera un prisionero en su propia casa. Se desploma en el sofá. Se levanta. Regresa a su habitación. Toma el celular y escribe ‘’¿Me extrañas?’’. Envía el mensaje. Aguarda la respuesta que demora cerca de 15 minutos en llegar. ‘’Te extraño como se extrañan determinadas cosas inciertas…’’

Luis lee y relee el mensaje. Se deja caer de espaldas en su cama y pregunta de nuevo: ‘’¿Pero me extrañas?’’

La respuesta tarda esta vez cerca de media hora en llegar: ‘’De alguna forma diáfana, imagino’’

Luis responde: ‘’Yo creo que no. Que no me extrañas ni un poco’’
Y apagó el celular, sin esperar la respuesta.


En otra ciudad ciudad, la chica suspira y lee la categórica e infantil declaración de Luis. Responde, sin embargo, en voz alta: ‘’Siempre fuiste tan tonto que incluso eso de ti llegué a extrañarlo’’ y apaga también su celular.

Miedo


Miedo, miedo a despertar,
miedo a sentirme sediento y vacío,
miedo de no tener más vida,
miedo de dejar cosas inconclusas,
quehaceres y sueños desvanecidos.


Miedo a dejarlo todo,
para el último momento,
miedo de sentirme solo,
sin tener más mi mundo,
sin tener más tu respiro,
sin tenerte más conmigo. 

 
Miedo de verte ir y no poder retenerte,
miedo de no ser más yo mismo,
miedo de no vivir más este amor inmenso,
que me llena y quema por dentro.


Miedo a este bello tiempo,
miedo al dolor, también a mi silencio,
miedo a pisar rosas y espinas,
pero te aseguro que mi amor,
se vuelve cada vez más grande,
aunque muchas veces es indeseable.


Miedo tengo amor a perderte,
aunque las esperanzas sean las últimas en perderse, 

si! aquella esperanza me ayuda,
a volver a ver tus bellos ojos, 
Dios mediante,
me ayudará a volver a ver tu hermosa sonrisa,


Miedo mi amor; si!
porque junto a mi quiero tenerte,
jamás quiero perderte,
no quiero vivir sin ti,
porque el vivir es más bello,
si juntos por esta vida,
entrelazados nuestras manos,
caminamos la senda del amor
y de la vida misma.

Nubes de traición...


Nubes de traición en el espeso aire de la mañana,
hombre humilde vestido de harapos, destino que se prepara,

hombre gentil acusado, condenado, abandonado...
todo ello en nombre del amor, es el plan del perdón de su Padre.

Corrientes de flujo de sangre en los ojos, espinas sobre su cabeza,
franjas de color rojo profundo y ríos carmesí,
astillando la robusta cruz de madera pesada en la espalda,
gritos, insultos, piedras que se tiran en un despiadado ataque.

Brillo de metales, el sonido crudo de las uñas que rasgan la piel,
resquebrajamiento de los huesos preciosos
día que palidece con disgusto y tristeza,
el llanto de los fieles va orquestando luto en el aire,
y deja morir al espíritu.

Una madre llora,
cae en sus rodillas debilitadas por la pérdida,
para que tengamos la vida eterna que Él pagó... 

el precio final,
cuerpo sin vida que es recibido suavemente al pie de una cruz...
En tan sólo tres días...
Rey de Reyes que se eleva de nuevo a llevar su corona en los Cielos.

viernes, 9 de septiembre de 2016

Venciendo el Pesimismo


Algunas personas llevan al extremo sus sentimientos negativos al punto que parecería que fuesen capaces de poner una gran muralla entre la realidad y sus lúgubres pensamientos pues se vuelven incapaces de discernir y darse cuenta que la vida no es tan trágica como creen.

¿Qué es el pesimismo?

Es la propensión a juzgar las cosas por su aspecto más desfavorable.
Pienso que el pesimismo es el resultado de una insistente acumulación de enfados, decepciones y fracasos a lo largo de toda una vida (si quienes se instalan en él son personas ya maduras), o puede ser una actitud voluntariamente elegida, una posición supremamente negativa ante ellos mismos y ante los demás que responde a percepciones muy subjetivas, opiniones poco razonadas e incluso a un cierto modo demasiado personal de entender las cosas.

Al pesimista no le satisface nada, al menos es lo que expresa cada vez que se le presenta alguna oportunidad, se empeña en saberse infeliz y tiene la penosa facilidad de amargarle la vida a quienes tenga a su lado.

¿Cómo actúa el pesimista?

Primeramente en una conversación termina haciéndose la víctima, siempre ve todo de manera negativa o desfavorable, con insatisfacción y tristeza; es campeón en formar y formarse problemas de la nada, generalmente se tortura con todo lo inconveniente que le haya pasado o crea que le pueda suceder.

Es muy común que elija un problema muy negativo que le haya sucedido en el pasado, que lo fije para siempre en su cerebro de manera imborrable para traerlo al presente una y otra vez, parecería que su existencia sólo girase en torno a ese recuerdo.

Da la impresión que el pesimista quisiera flagelarse constantemente con sus pensamientos negativos y de paso mortificar hasta el cansancio a quien le acompañe.

Para tener en cuenta:

Algunas veces los pensamientos y manifestaciones pesimistas, podrían ser reflejo de la existencia de un trastorno emocional caracterizado por el abatimiento y la infelicidad, los médicos lo llaman depresión.

Una reflexión:

Nosotros somos los únicos responsables de lo que nos suceda.  

Aparte que el Pesimismo va en contra de la confianza en Dios.

jueves, 8 de septiembre de 2016

Estár en Paz


La PAZ, es la fuente de todas las cosas.

Cuando hay Paz todo es posible, la Felicidad, el Amor, la Compasión. Una de las principales motivaciones de nuestra alma será la búsqueda de la Paz.

La Paz es la clave para que los milagros se manifiesten en nuestra vida, todo aquello que queremos, que merecemos, y que a veces parece que es imposible obtener. Todo se puede obtener si estamos alineados con nuestro Ser y conseguimos estar en Paz.

“La Paz es la clave de todo conocimiento, de todo misterio, de toda vida” (Extraído del libro "El Efecto Isaías" de Gregg Braden).

La Paz es la manifestación de estar en contacto con nuestro verdadero Ser, con nuestra verdadera esencia divina, con quien realmente somos y desde ahí, desde la vibración de la consciencia de saber quiénes somos y estar en contacto con la Fuente que todo lo que Es, podemos manifestar y  crear desde la Paz, desde el Amor. Para alcanzar la Paz, debemos expandir nuestra mente y nuestra consciencia.

Debemos observar nuestros pensamientos. A veces cuando estamos en el conflicto interior del día a día en el que nos sumergimos debido a los pensamientos continuos que tenemos, sobre todo los de mayor intensidad densa y que tienen también su manifestación en actos externos, es difícil observar qué clases de pensamientos tenemos. Por eso debemos encontrarnos en el silencio, tomar contacto con nuestro YO, con nuestra esencia, acercarnos a nosotros mismos, para poder desde ese estado tomar consciencia de cuáles son esos pensamientos y así ver que ellos no son realmente NOSOTROS.

Para cambiar el exterior, primero tenemos que transmutar, producir en nosotros la química necesaria, de aquello que experimentamos dentro de nosotros, así la Paz también podrá manifestarse y proyectarse fuera. Es la clave para que pueda manifestarse en el exterior la ansiada Paz, esa que buscamos en el Mundo y que queremos encontrar en nuestras relaciones con los demás, en la Economía, en la Sociedad,… Para aportar Paz a las personas que nos rodean, con las que convivimos, debemos ser primero nosotros esa Paz.

Debemos empezar por cambiar nuestros pensamientos. Tenemos que empezar por responsabilizarnos de nuestras propias creaciones.
Esperamos que la Paz venga de fuera; estamos proyectando continuamente nuestra felicidad, la Paz, a acontecimientos externos futuros, que esperemos que se den para que nosotros podamos alcanzarla. Al hacer esto, estamos aceptando la creencia de que es algo por tanto ajeno a nosotros y que no podemos controlar, lo cual nos produce angustia porque entramos en la duda de que pueda manifestarse en nuestras vidas, por lo que el flujo a esta posibilidad la cerramos, cerramos el flujo de atracción de la Paz y Felicidad a nuestras vidas. La asociamos a determinados acontecimientos futuros, y sólo en el presente es realmente posible Ser y alcanzar la Paz divina, la que es inherente realmente a nuestra verdadera naturaleza, a nuestro verdadero Yo Soy.

Es hora de responsabilizarnos por nuestros actos, por nuestros pensamientos. Hay que estar atentos a los pensamientos que realmente son la causa de la infelicidad y de no estar en Paz, pues nuestros pensamientos son los que muchas veces nos provocan tortura mental. Debemos ser conscientes de que esos pensamientos no somos nosotros y aprender a desconectarnos de ellos. Si entramos en ellos en vez de ser meros observadores y desconectar, nuestra mente  creará más pensamientos para justificar y recrear que sigamos en ese miedo o temor o dolor que nos produce la infelicidad e impide que estemos en un estado de paz. Ella actúa sólo como sabe hacerlo, se alimenta de nuestros pensamientos y los recrea una y otra vez aunque esto no sea la realidad, provocando que estemos en un estado de desequilibrio interior.
Queremos la Paz, pero no nos damos cuenta de que estamos enganchados al conflicto interior del drama. Tenemos que responsabilizarnos de nuestros actos y a la vez no aceptar como propios los que no son nuestros o las circunstancias y aprendizajes de vida de otros. Aquí entra además el inconsciente colectivo del sentimiento de culpa de no sentir el dolor ajeno como propio, necesitamos involucrarnos emocionalmente para no “sentirnos culpables o malas personas” si no lo hacemos, tenemos la creencia de que debemos sufrir y sentir el dolor ajeno, con lo que cedemos nuestro poder, nos alejamos de la Paz Interior y tampoco así podemos ayudar realmente a la otra persona y menos a que consiga también la Paz.  Actuamos desde el juicio en estos casos. No se trata de no ayudar a las personas, sino de tener una visión diferente de los acontecimientos y permitir desde otra consciencia los aprendizajes de vida de otras personas, sin sentir la necesidad de tener que sufrir por ello o tomarlo como propio, recreando incluso en nosotros el dolor que supuestamente creemos que debe sentir esa persona. Apartamos así de nosotros y de los demás la maravillosa Paz. 

Debemos elegir entre estar en Paz y rendirnos a no caer a nuestro propio juicio interior sobre esto o seguir viviendo en el continuo drama en el que nos metemos, en la densidad, en la infelicidad y el sufrimiento; muchas veces después de caer en la energía del drama, nos sentimos enfadados y frustrados y ello es debido a que realmente nuestro interior, nuestro Ser sabe que esta energía no es nuestra y a ello se une el hecho de que si después los demás no actúan con nosotros desde esa energía del drama en que decidimos participar cuando estamos en una situación similar, nos sentimos defraudados y enfadados, aunque deberíamos preguntarnos en este caso por qué estamos realmente enfadados, pues a lo mejor descubrimos que no es por el motivo aparente que creíamos . Realmente nos decepcionamos con nosotros mismos por no ser auténticos, por no mantenernos en nuestra energía, y esto provoca que nos salgamos de nosotros mismos, y por tanto fuera no podremos encontrar la Paz. Muchas veces la necesidad oculta de aceptación está también detrás del drama.

Otras veces nos alejamos de la Paz al persistir en mantener una vieja energía en nuestra vida que ya no nos interesa y que rechazamos abandonar por la necesidad de alcanzar lo que creemos que es un “logro o victoria”. El ego se apodera en estos casos de nosotros y ocupa nuestros pensamientos que sólo buscarán el medio para alcanzar esa victoria de tener razón o lograr un propósito que ya no nos sirve ni es real si nos centrásemos en el presente. En el presente puedes ser consciente de este gran ego que te lleva al sufrimiento en vez de a la Paz. Esto puede verse en conflictos pasados con otras personas y que siempre traemos al momento actual viviéndolas, sintiendo toda la carga emocional densa del momento como si los hechos se estuvieran produciendo ahora y maquinando siempre como vencer en ese conflicto. Esto no es fructífero para ti, pero desde el ego es imposible verlo y la mente puede llegar a controlarte no queriendo abandonar y soltar, que es el único modo para realmente encontrar la Paz. 
Respira y céntrate en el presente. Sólo desde ahí puedes dejar ir esto. Estos pensamientos no son Tú. No te aportan nada y menos felicidad.

También a veces no podemos estar en Paz, porque nos ponemos muchas cargas debido al falso sentido del llamado “sentimiento de responsabilidad”, que no es sino otro síntoma del drama, otra máscara más.

También debemos hallar la Paz en nuestro cuerpo; Debemos estar en Paz con nuestro cuerpo, amarlo, respetarlo, escucharlo, cuidarlo,… muchas veces nos indicará los conflictos que tenemos en nuestro interior y que nos impiden alcanzar la Paz a través del dolor. Debemos amar y respetar las partes de dolor de nuestro cuerpo, hablar con él y con nuestras células, darle las gracias por lo que nos hace tomar consciencia y dejar ir también ese dolor. Es el vehículo para manifestar nuestro espíritu, nuestra divinidad y merece nuestro respeto. Paz en nuestro cuerpo, en nuestra mente y en nuestros pensamientos.

El descontento, la frustración, la rabia y el sufrimiento en y por la vida cotidiana que no nos gusta o que ésta sea contraria a lo que queremos realmente, nos aleja de la Paz. La actitud que tomamos ante los acontecimientos externos y la interpretación que hacemos de ello o la carga emocional que le ponemos, es la que hará que nos alejemos de ella o bien que la atraigamos al aceptarlos de forma consciente sin juzgarlos.
Cuanto más fluyamos con la vida, con sus acontecimientos y aceptemos sin juzgar más en Paz con nosotros mismos podremos estar. Ser fieles siempre a nosotros mismos también ayuda a alcanzar esa Paz.
Es necesario tomar contacto con uno mismo, con su consciencia expandida, con el silencio interior. Hay que encontrar un espacio que sea especial para nosotros en el que todo es tranquilidad, fluido, presente, en el que los pensamientos no están. Esto sólo se consigue yendo hacia ti mismo, hacia tu interior y verdadero Yo y permanecer ahí en silencio el mayor tiempo posible que puedas durante el día, para que ese estado de Paz vaya siendo la energía habitual en ti. Cuanto más en presencia puedas estar, y cuanto más puedas hacer esto, tu vibración cada vez será mayor y este estado se irá convirtiendo poco a poco en algo natural para ti, hasta que consigas cada vez estar más en el Presente y en estado de felicidad y Paz. Estos momentos de silencio activo consciente, son muy necesarios para quien busca la Paz. Recuerdas quien Eres y eso hace que estés en Paz contigo mismo.

La Paz es la clave de los milagros para nuestra vida. Necesitamos expandir nuestra mente y consciencia para el perdón, para vivir, para acercarnos a nosotros mismos; para amarnos y amar, para cambiar el curso de la historia y los acontecimientos, porque desde la Paz sólo puedes buscar y alinearte con el Amor, que es la máxima expresión de felicidad. Es la clave de la sabiduría y de alcanzar la maestría interior mediante el contacto con nuestro verdadero Yo. Esto también contribuye a mantener un buen estado de salud. Implica también el no juzgar. Podemos alcanzarla visualizando con entusiasmo también la Paz que queremos y creyendo que es posible para que se dé. Así la atraeremos

Merecemos la Paz, el Amor y la Felicidad.

Aceptación, entusiasmo, felicidad simple y placentera.

Estar en el presente y rendirse a toda lucha y fluir para poder encontrar la Paz. La infelicidad se disuelve en el ser conscientes del presente. 

La Paz verdadera está en Dios y se consigue con la oración.

 

miércoles, 7 de septiembre de 2016

Objetivos

Que nunca se me olvide por qué empecé.
Que nunca me rinda.

Que disfrute el camino. Siempre.

Que no me pesen tanto los que nunca estuvieron o los que estuvieron pero después no se quedaron.

Que no me importe si voy solo.

Que entienda que el dolor es temporal. Siempre.

Que nunca deje de buscar.

Que nunca me conforme.

Que nunca menosprecie el silencio.

Que no me cueste tanto.

Que me duela menos.

Que pueda tener permiso para cansarme.

Que me deje de importar.

Que confíe siempre en mí.

Que cada vez la cague menos.

Que no me de miedo ni la cámara prendida, ni el ojo del público, ni la página en blanco.

Que el aplauso sea largo y poderoso.

Que pueda salvar a los que tengan y quieran salvación.

Que nunca deje de emocionarme.

Que nunca deje de trabajar por merecer más.

Que querer más no sea pecado.

Que no crea los "no" y que siga buscando los "sí".

Que no me intimide.

Que no me deje vencer.

Que esto me haga volverme mierda.

Que sea para mí.

Que quiera ser para mí.

Que yo trabaje tanto que no haya manera de que no sea para mí.

Que mis amigos me acompañen hasta el final.

Que mis miedos no sean más poderosos que mis sueños.

Que mis rencores se curen y se sanen.

Que ser feliz sea más importante que ser perfecto.

Que la felicidad no sea dosificada.

Que no sea overwhelming.

Que cuando deba escoger, escoja bien.

Que nunca sea la última noche contigo.

Que lo bueno perdure.

Que lo malo sea siempre temporal.

Que cuando esté borracho y melancólico, no tenga un celular cerca.

Que los lutos sean breves.



Por favor.