jueves, 22 de septiembre de 2016

Madurez en la pareja


Una relación de pareja plena y feliz necesita vivir y experimentar las energías masculinas y femeninas en su justa medida. 

Cada relación habrá de encontrar su propio equilibrio entre ambas porciones. Cada relación tiene su propio baile, pues no existe una receta que se pueda formular. No hay quien pueda decirles cómo hacer esto, es algo muy íntimo y solo comunicable al interior de cada pareja.

Existirán momentos en que será favorable dar contención y habrá otras situaciones en que será más beneficioso impulsar a la pareja para que recupere su poder personal. Lo mismo al revés, a veces necesitarás que solo te escuchen, pero otras veces te ayudará mucho que tu pareja haga algo para mostrarte cómo moverte a un mejor lugar.

Se trata de sostener una danza de sabiduría que solo puede ser posible cuando estamos serenos, satisfechos consigo mismos y limpios de todo juicio. Y he aquí el asunto más relevante. 

Cómo nos las arreglamos mientras llegamos a ese estado de sabiduría?

Es aquí cuando la relación de pareja se convierte en una experiencia de doble espejo, perfecta y maravillosa, para avanzar hacia nuestra madurez. No podemos pedir la madurez antes. La relación es la experiencia para que ambos avancen.

Observa las quejas que tienes sobre tu pareja, observa qué es lo que le estás pidiendo y observa si esa persona puede ser así como tú quieres que sea. Posiblemente estás pidiendo algo bueno para él (ella) y la relación, el problema no se encuentra en ello, se encuentra en pedir perfección mas allá de lo que es razonable para esa persona.

Puedes estar pensando que lo que pides es poco, que se trata de algo tan básico para poder funcionar en armonía. Sin embargo, si eso no se está manifestando de manera natural, es porque simplemente no se encuentra claro y desarrollado en esa persona. Esa persona tendría que crecer en ese sentido.

Aquí viene un segundo aspecto. No es posible exigir a nadie que crezca en algún aspecto, mientras esa persona no sienta la necesidad de hacerlo. Y eso vuelve a complicar las cosas. Entonces tienes dos alternativas, o le aceptas así tal cual está o le ayudas a ver la importancia de avanzar. En este último caso, tu pareja puede resistirse a hacerlo.

Casi no importa el desafío que tengan que enfrentar como pareja, lo más significativo aquí es el grado de sensatez y prudencia con el que se enfrentan a ese reto. Todo se trata de una danza donde el amor pone el bálsamo para llevarla a cabo. Una danza entre energías femeninas de contención y energías masculinas de impulso al movimiento.

Las relaciones de pareja se pueden tornar bastante complicadas cuando se pierde este equilibrio. El amor queda bloqueado por debajo de las programaciones mentales y de los estereotipos de moda. El amor es lo único que puede ayudar a conseguir el tal anhelado entendimiento entre ambos, porque la perfección no existe.

Amor no es aguantar o resistir. Amor es la inteligencia que termina con la dificultad, ya sea por aceptación, si es que es posible o por movimiento, si es que es necesario.  

El amor es lo único capaz de abrazar nuestros aspectos negativos para hacerlos evolucionar.

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