Una relación
de pareja plena y feliz necesita vivir y experimentar las energías masculinas y
femeninas en su justa medida.
Cada relación
habrá de encontrar su propio equilibrio entre ambas porciones. Cada relación
tiene su propio baile, pues no existe una receta que se pueda formular. No hay
quien pueda decirles cómo hacer esto, es algo muy íntimo y solo comunicable al
interior de cada pareja.
Existirán
momentos en que será favorable dar contención y habrá otras situaciones en que
será más beneficioso impulsar a la pareja para que recupere su poder personal.
Lo mismo al revés, a veces necesitarás que solo te escuchen, pero otras veces
te ayudará mucho que tu pareja haga algo para mostrarte cómo moverte a un mejor
lugar.
Se trata de
sostener una danza de sabiduría que solo puede ser posible cuando estamos
serenos, satisfechos consigo mismos y limpios de todo juicio.
Y he aquí el asunto más relevante.
Cómo nos las arreglamos mientras
llegamos a ese estado de sabiduría?
Es aquí
cuando la relación de pareja se convierte en una experiencia de doble espejo,
perfecta y maravillosa, para avanzar hacia nuestra madurez.
No podemos pedir la madurez antes. La relación es la experiencia para que
ambos avancen.
Observa las
quejas que tienes sobre tu pareja, observa qué es lo que le estás pidiendo y
observa si esa persona puede ser así como tú quieres que sea. Posiblemente
estás pidiendo algo bueno para él (ella) y la relación, el problema no se
encuentra en ello, se encuentra en pedir perfección mas allá de lo que es
razonable para esa persona.
Puedes estar
pensando que lo que pides es poco, que se trata de algo tan básico para poder
funcionar en armonía. Sin embargo, si eso no se está manifestando de manera
natural, es porque simplemente no se encuentra claro y desarrollado en esa
persona. Esa persona tendría que crecer en ese sentido.
Aquí viene un
segundo aspecto. No es posible exigir a nadie que crezca en algún aspecto,
mientras esa persona no sienta la necesidad de hacerlo. Y eso vuelve a
complicar las cosas. Entonces tienes dos alternativas, o le aceptas así tal
cual está o le ayudas a ver la importancia de avanzar. En este último caso, tu
pareja puede resistirse a hacerlo.
Casi no
importa el desafío que tengan que enfrentar como pareja, lo más significativo
aquí es el grado de sensatez y prudencia con el que se enfrentan a ese reto.
Todo se trata de una danza donde el amor pone el bálsamo para llevarla a cabo.
Una danza entre energías femeninas de contención y energías masculinas de
impulso al movimiento.
Las
relaciones de pareja se pueden tornar bastante complicadas cuando se pierde
este equilibrio. El amor queda bloqueado por debajo de las programaciones
mentales y de los estereotipos de moda. El amor es lo único que puede ayudar a
conseguir el tal anhelado entendimiento entre ambos, porque la perfección no existe.
Amor no es
aguantar o resistir. Amor es la inteligencia que termina con la dificultad, ya
sea por aceptación, si es que es posible o por movimiento, si es que es
necesario.
El amor es lo único capaz de abrazar nuestros aspectos negativos
para hacerlos evolucionar.
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