Que nunca se me olvide por qué empecé.
Que nunca me rinda.
Que disfrute el camino. Siempre.
Que no me pesen tanto los que nunca estuvieron o los que estuvieron pero después no se quedaron.
Que no me importe si voy solo.
Que entienda que el dolor es temporal. Siempre.
Que nunca deje de buscar.
Que nunca me conforme.
Que nunca menosprecie el silencio.
Que no me cueste tanto.
Que me duela menos.
Que pueda tener permiso para cansarme.
Que me deje de importar.
Que confíe siempre en mí.
Que cada vez la cague menos.
Que no me de miedo ni la cámara prendida, ni el ojo del público, ni la página en blanco.
Que el aplauso sea largo y poderoso.
Que pueda salvar a los que tengan y quieran salvación.
Que nunca deje de emocionarme.
Que nunca deje de trabajar por merecer más.
Que querer más no sea pecado.
Que no crea los "no" y que siga buscando los "sí".
Que no me intimide.
Que no me deje vencer.
Que esto me haga volverme mierda.
Que sea para mí.
Que quiera ser para mí.
Que yo trabaje tanto que no haya manera de que no sea para mí.
Que mis amigos me acompañen hasta el final.
Que mis miedos no sean más poderosos que mis sueños.
Que mis rencores se curen y se sanen.
Que ser feliz sea más importante que ser perfecto.
Que la felicidad no sea dosificada.
Que no sea overwhelming.
Que cuando deba escoger, escoja bien.
Que nunca sea la última noche contigo.
Que lo bueno perdure.
Que lo malo sea siempre temporal.
Que cuando esté borracho y melancólico, no tenga un celular cerca.
Que los lutos sean breves.
Por favor.
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