domingo, 7 de enero de 2018

Carta de despedida

No tengo excusas... No hay absolutamente ninguna forma que pueda hacer para que veas de buena manera este correo... Pero, sin embargo, aquí estoy... como lo he estado muchas veces desde que te conocí, solo en mi habitación, pensándote, sintiendo tu energía... recorriendo lugares sagrados en mi mente que me llevan a situaciones donde, fugázmente, fui feliz... me llena de dicha pensarte... Dios está en todos y cada uno de tus recuerdos. Hay tantas casualidades con muchas situaciones ya vividas que no dejo de asombrarme, lo cual me lleva a pensar que no son cosas del azar. Estoy pasando situaciones de nuevo que hace poco menos de 15 años mi amiga me ayudó a superar. Alguien me dijo ayer que utilizara los mismos consejos que una vez me diste... pero nadie sabe la diferencia... hace 15 años yo era un chamo que valía la pena... y ya no existo.

No hay reclamos... no hay dudas... no hay intensidad, ni manipulación (nunca la hubo, por cierto) ni siquiera inmadurez... hay reflexiones, hay búsqueda de respuestas. Pero, lamentablemente, hay soledad... He entendido muchas cosas, más de lo que nunca tendré el chance de decirte... lo entiendo todo. Lo que te pasó, lo que me pasó... lo que nos pasó.

Hay lejanía de cosas que solía amar hacer que ya no me apetecen... Hay refugios en los que creía firmemente, que ya no me convencen... Espero sea una fase de manejo de dolor, porque hay cosas que me llenaban el alma y el espíritu que ya no están... Cuando todo cambió... Cuando ya no eres el mismo... Cuando ya no hay vuelta atrás... Lo notas... Lo sabes... Sientes el calor... Sientes las llamas que te abrazan, el olor del humo que te ahoga y las manchas de las cenizas en tu piel... Antes de renacer, debes morir... Para construir debes destruir... Procuraré crecer... transformarme en otra cosa mejor... porque ya no soy yo... ya no existo más.

La única constante eres tú... No veo forma, no hay escenario posible, que pueda hacer que deje de amarte... No es una obsesión, uno se obsesiona de lo que ve todos los días... tampoco hay idealización, te conozco, te conozco bien. Tus defectos me hacen amarte más... Esto no era algo de que "o eres perfecta o salgo huyendo" esto era una adaptación... aprender a conocerte para tratarte con el respeto que mereces... Esto era alguien tratando de comprenderte, tratando de entender tus miedos e inseguridades para acompañarte a buscar la felicidad. Simplemente pedía acompañarte en el camino que perfectamente puedes hacer tú sola.

Aquí había compenetración... aquí había a perfect match.. aquí habían dos piezas de un rompecabeza que siempre han encajado perfectamente... un meant to be... lástima que mis propios errores y maneras de actuar accidentales lo eclipsaron... Ojalá me recuerdes algún día, que recuerdes al verdadero yo. Esa misma persona me dijo hoy que no lo harías, que habías seguido tu vida y nunca mirarías atrás... ojalá se equivoque en eso... ojalá un día te provoque una pequeña sonrisa algún momento compartido.

Sé que, aunque en este momento no sepa cómo, yo cerraré este capítulo y continuaré con mi vida. Pero nunca borraré tu recuerdo... No puedo... estás grabada con tinta endeleble en mi alma... Estás tatuada en mi corazón... Has sido demasiado importante para mi por mucho tiempo... Eres una respuesta a una pregunta hecha millones de veces... eso no se borra...

Yo sigo siendo el mismo que conociste... sigo haciendo las cosas que sabes que hacía por ti... Sigo cuidándote, consintiéndote... sigo estando a la sombra de la mujer más maravillosa con quien me topé en la vida... mirándote de lejos, temeroso... admirándote... bendiciéndote... agradeciendo a Dios haberte conocido... ese es uno de los honores más grandes que me ha regalado la vida... en fin, amándote de verdad.

Perdona por haberte decepcionado...

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