Espero hallarla junto a mi:
Al doblar esa esquina,
en el rostro afable del transeúnte
que en mi calle camina.
Sé que la poesía se halla en lo cotidiando:
en las agujas del reloj,
que inexorablemente desgranan la existencia;
en la risa de los niños,
también en su llanto.
Miro tu rostro,
sonrío...
Tú también eres poesía.
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